viernes, 7 de octubre de 2022

El mejor momento para una azotaina

Partimos de la base de que para los spankos difícilmente es mal momento para unos buenos azotes en el culo. Dicho esto, siempre hay momentos en los que nos gusta/apetece más y de eso va este post. Así que sin más preámbulos vamos a meternos en faena.

ANTES DE IRSE A DORMIR

Todo un clásico. Cuando cae la noche y hemos terminado con nuestras obligaciones de adultos, solemos aprovechar para ver la tele después de cenar, leer un buen libro y en general procuramos relajarnos como más nos apetezca.

Este momento de esparcimiento, también nos permite aprovechar para saldar cuentas con nuestra spankee, ya sea por alguna fechoría que ha hecho durante el día o porque directamente no ha querido comerse las verduras que le tocaban para cenar. Mención aparte es la obstinación que tienen algunas spankees con no querer irse a la cama a su hora.

Otra ventaja de tener una sesión justo antes de irse a dormir es que nuestra querida spankee viste su adorable pijama de Minnie Mouse en invierno (por poner un ejemplo), o si es verano nada más que sus braguitas y una vieja camiseta nuestra, lo cual la hace candidata perfecta a recibir una azotaina como Dios manda, incluso sin motivo.

Pero como también pienso en el interés de las spankees, gracias a la azotaina que recibís justo antes de iros a la cama, conciliaréis el sueño mucho antes y será un sueño más reparador que si no hubierais sido castigadas. Es el innegable efecto conocido como "acostarse calentita".


POR LA MAÑANA, RECIEN LEVANTADA

Tengo que reconocer que tengo un punto de crueldad. Si por algo me gusta especialmente este momento es porque la pobre spankee no se lo suele esperar para nada y ver esa carita de sorpresa y confusión cuando de buenas a primeras, con las legañas todavía pegadas a los ojitos, le aplico una rápida y severa azotaina, me divierte. Me divierte mucho.

Para estas azotainas matinales se puede proceder de dos formas, una más cruel que la otra. La primera y más piadosa es despertar a la spankee que yace plácidamente dormida, ajena a lo que le espera, y mientras te pregunta, confundida, qué ocurre, y te pide que la dejes dormir un ratito más le vas explicando los motivos por los cuales va a recibir una severa azotaina. Cuando lo haya comprendido y asumido, procedes a tumbarla sobre tus rodillas y a calentarle el trasero como se merece.

La otra manera de hacerlo es más divertida si cabe. Y es despertar a la infortunada metiéndola en faena directamente, es decir, sin darla explicaciones. La despiertas y sin tiempo casi a que se despierte empiezas a castigarla. Cuando sepa lo que está pasando probablemente ya tenga el culo como un tomate. Eso sí, procura ir explicándola el motivo por el que la castigas según la estás azotando, los Spankers no somos monstruos 😜

 

AL REGRESAR A CASA

Aquí tenemos dos vertientes. Azotes cuando regresa el Spanker o azotes cuando regresa la spankee, y cada una tiene su encanto.

Cuando regresa el Spanker se produce un fenómeno muy interesante y es que en la cabecita de la spankee se va "cebando" la idea de la azotaina. Empieza a darle vueltas a lo que va a pasar desde horas antes de que se produzca el castigo y esto le provoca una sensación de tensión y nerviosismo de lo más divertida mientras va visualizando la azotaina que le espera. Para que esto funcione, el Spanker tiene que haberla enviado durante el día algún mensaje o haberla llamado para ir preparando el terreno y sembrando la inquietud en nuestra pequeña. 

Cuando regresa a casa la spankee es diferente. Aquí se puede jugar más con el factor sorpresa que tanto gusta también. Esperamos tranquilamente sentados en nuestro sofá y cuando la spankee entra por la puerta nos ve ahí sentados con cara de pocos amigos (tal vez mirando el reloj de su muñeca debido al posible retraso de la chica) y con gesto severo. Lo importante aquí es hacerla ver que se ha metido en un buen lio por algo que ella todavía desconoce. Si ya sabe que ha hecho algo merecedor de un castigo (llegar tarde, haberse ido sin hacer los deberes, etc.), podemos pasar directamente a recordárselo mientras nos desabrochamos el cinturón...


AL SALIR DE LA DUCHA

Aquí se dan todos los condicionantes para dar o recibir una azotaina como Dios manda. 

En primer lugar la spankee entra y sale de la ducha completamente desnuda, lo cual le ahorra a uno el trabajo (bendito trabajo) de desvestirla total o parcialmente antes de que empiecen los azotes. 

En segundo lugar, uno tiene a mano el cepillo del pelo, que suele estar en el baño, que le servirá para aplicar a la inocente spankee el castigo correspondiente. 

Y en tercer lugar y más importante, después de ducharse, el culete de nuestra protagonista está húmedo y fresco. La temperatura de la piel, un par de grados más baja de lo normal, hará que los azotes piquen bastante más, sobre todo los primeros. Y eso es un plus. 

Como recomendación personal, es más divertido irrumpir en el baño justo cuando la spankee se esté secando, agarrarla del brazo y llevarla a la habitación, cepillo del pelo en mano, ante su sorpresa y estupor. Una vez allí aplicar a conciencia el merecidísimo castigo. 


EN CONCLUSIÓN 

Estos son solo cuatro de los muchísimos momentos ideales para dar o recibir una buena azotaina, mis favoritos. Pero estoy seguro de que tú tienes los tuyos. 

Anímate y cuéntanos a todos cuales son, dejando un comentario. 

Besos y azotes para tod@s.


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Nos gusta. Lo vivimos.

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